Ruta del caminante
El proyecto «La Ruta del Caminante» busca identificar artistas, perfiles y obras de arte de la población refugiada, y definir la misión del arte y la cultura en relación con la experiencia de los caminantes venezolanos, a través de una intervención artística y comunitaria entre Cúcuta y el Páramo de Berlín (Norte de Santander) como un primer paso para honrar la ruta recorrida por los refugiados venezolanos, considerando el arte como la herramienta ideal para inspirar, construir memoria histórica y generar impactos positivos en la población refugiada y la comunidad de acogida. Existen tantas rutas migratorias como fronteras en el mundo. En Norteamérica, el desierto que separa México y Estados Unidos es conocido como un lugar tan extenso como extremo, por sus condiciones y temperaturas. El Mar Mediterráneo, que separa el sur de Europa y el norte de África, ha sido calificado como una “tumba a cielo abierto”. En África del este se conocen varios trayectos para llegar hasta Arabia Saudí, pasando por Yemen, tomando el riesgo de milicias y detenciones arbitrarias. Las rutas migratorias nos ofrecen un conocimiento sobre cómo la frontera atraviesa a las personas, cuáles son los patrones migratorios y qué efectos tienen sobre sus cuerpos. Así como existen una variedad de rutas, también encontramos una variedad de figuras migratorias: los balseros o “boat people”, los refugiados en campamentos humanitarios, los “clandestinos” que saltan cercos y muros, así como las personas que nadan para acceder a otros países. Actualmente, el “caminante” aparece como una figura de movilidad, en referencia a los refugiados venezolanos que atraviesan Suramérica.