La Parada, un barrio de Villa del Rosario (Norte de Santander), se ha convertido en un escenario de explotación sexual al que las autoridades le prestan poca o ninguna atención. Allí, grupos armados como el ELN o el Tren de Aragua son la ley y se disputan el control del territorio. Cilia y María* son dos mujeres que han vivido en carne propia la orfandad por parte del Estado que se padece en este lugar.